En frío
Recibí una mala noticia. Mientras la noticia era narrada, mi cabeza iba creando dilemas, a la vez recordaba la hermosa y placentera tarde que viví. No dije nada, veía como las lágrimas y gestos de preocupación estaban en cada rostro de los presentes. - ¡Dios mío, ayúdanos! - Este no es nuestro año. Eso dijeron y eso se quedó.